¿Alguna vez has pensado en cómo está tu autoestima? ¿Has sido consciente de la manera en que esta influye en tu forma de actuar? ¿Te has negado algo porque te considerabas inferior o poco merecedor de ello?
En este artículo de Develand te contamos qué es la autoestima, cómo identificar si la tienes alta o baja y cuales son los pasos para reforzarla, de manera que puedas sentirte seguro y confiado en ti al 100%
¿Qué es la autoestima?
Según la definición de la RAE, la autoestima es la valoración, generalmente positiva, que uno hace de sí mismo.
Si ampliamos esa definición, podemos decir que la autoestima es el conjunto de pensamientos, sentimientos y percepciones que, de manera autoevaluativa, haces de ti mismo; tanto de tus rasgos físicos, como de tu carácter.
¿Esto qué quiere decir? Pues que tu autoestima dependerá siempre de la manera en que te veas a ti mismo, por lo que esta nunca va a estar condicionada por lo que posees, lo que sabes o tus maneras de ser, sino por tu propia aceptación y valoración personal.
Por este motivo, tu nivel de autoestima tendrá mucho que ver con cómo te han enseñado a valorarte, las experiencias que hayas generado a partir de tus propias vivencias, así como del resultado de los retos y circunstancias de tu vida que hayan influido en la forma en que te auto percibes, por consiguiente, será en buena medida tu autoestima la que te impulsará a sentirte capaz de lograr tus objetivos y superar desafíos.
Está comprobado que la autoestima está muy relacionada con la inteligencia emocional. Tener un buen dominio de tu gestión emocional, es decir, “el autoconocimiento y la regulación de tus emociones y los sentimientos que derivan de ellas”, hará que, ante cualquier situación que se te presente, tengas los recursos necesarios con los que responder de la manera más adaptativa y efectiva para ti.
Esto te hará ver que tu felicidad no depende de las circunstancias externas, sino de la interpretación propia que hagas de los hechos, así como de la manera en que gestionas las emociones que este hecho te genera.
Importancia de la autoestima en nuestras vidas
Una alta autoestima te ayuda a tener la confianza necesaria para proponerte objetivos y lograrlos, para tomar las mejores decisiones para ti, para superar retos y adaptarte a las circunstancias. Cuando tu autoestima es sana, tienes la plena convicción de que tú puedes con ello.
Cuando cambias la forma en que te ves a ti mismo, cuando te enfocas en elevar tu autoestima, se transforma la manera en que ves la vida, se activa tu motivación de ir a por lo que quieres, te sientes merecedor de disfrutar de lo bueno de la vida y esta mentalidad te impulsa a crecer y desarrollarte en todos los ámbitos de tu vida.
La autoestima es un concepto que se va forjando a lo largo de tu vida, por lo que trabajar en esta es darle más valor a tu capacidad de confiar en ti, aceptarte, amarte y reconocer tus habilidades y talentos, valorando quién eres como persona.
Antes de tomar acción con respecto a reforzar tu autoestima, hay cuatro pilares básicos que has de conocer para identificar exactamente qué es lo que requieres trabajar en ti, estos son: el autoconcepto, la autoimagen, el autorrefuerzo y la autoeficacia. Algo intrínsecamente relacionado con una buena gestión emocional, para lo que tu inteligencia emocional es fundamental.
El autoconcepto es la opinión que tienes sobre ti mismo. En esta intervienen factores distintos a la hora de formar esa opinión y suele llevar asociado un juicio de valor. Por ejemplo, en función de cómo pueden ser tus habilidades sociales, te verás a ti mismo como sociable, simpático, tímido, etc… o, si te gusta cumplir con tus compromisos, te verás como una persona responsable.
La autoimagen es la representación o imagen mental que tienes sobre ti mismo y la percepción que tienes respecto a tu persona. Es decir, es una especie de fotografía mental que te dice cómo te ves a ti mismo. Es importante no crearse una imagen que no corresponda con la realidad.
El autorrefuerzo consiste en proporcionarte a ti mismo un premio o recompensa, inmediatamente después de haber tenido una conducta o acción deseada. Este autorrefuerzo te ayudará a incrementar esta conducta, haciéndola más apetecible. De esta manera, crecerá tu motivación, elevando tu estado de ánimo y, en consecuencia, tu autoestima.
Por último, la autoeficacia se define como la percepción o creencia personal en tus propias capacidades a la hora de gestionar una situación determinada. Esta tendrá mucha influencia sobre ti, ya que actúa sobre tu pensamiento, sentimiento y comportamiento posterior.
¿Cómo reconocer si tu autoestima es alta?
Existen una serie de características comunes que te sirven como medidores de tu nivel de autoestima, cuantas más de estas poseas, más alta será, por lo tanto, más confiado y seguro de ti mismo te sentirás.
Estas características son:
- Expresar la seguridad de ti mismo.
Si tu nivel es adecuado, tu manera de expresarte estará acorde con tus capacidades reales, por lo que no necesitarás aparentar ser alguien que no eres, o tener algo que no tienes, ya que, al no poseer inseguridades que necesites compensar, serás capaz de expresarte sin miedo al juicio.
- Desarrollar vínculos emocionales equilibrados.
Si tu concepto de ti mismo está ajustado a la realidad, difícilmente aparecerán conflictos internos, lo que te llevará a tener todas tus relaciones (amistosas, laborales, sentimentales, etc) de mejor calidad.
- Aceptar tus emociones.
Teniendo una autoestima alta, la sensación de tener que ocultar cosas o avergonzarte de algo no aparece, por lo que la manera en que gestionarás cualquiera de tus emociones negativas no te creará un conflicto interno, y te ayudará a analizar las causas por las que esta ha llegado a tu vida.
- Trazar y lograr metas profesionales.
A pesar de que puedas atravesar malos momentos, si tienes una autoestima alta, estos no te afectarán a la hora de proponerte metas y, en consecuencia, trabajarás para lograrlas, pues al ser consciente de todo tu potencial, lo pones al servicio de tus proyectos.
De la misma manera, también existen indicadores para valorar si tu autoestima se encuentra en un nivel bajo.
Estos son:
- Egocentrismo.
Se da cuando, tratando de ocultar tus miedos o inseguridades, adquieres una fachada de soberbia, imponiendo tanto tus pensamientos como maneras de actuar, para legitimar tus acciones o decisiones importantes. Actuar de esta forma, tratando de que tu valor de cara a los demás repose solo en la imagen que ofreces, es una de las características más comunes de las personas con baja autoestima.
- Tendencia al pesimismo.
Es propio de las personas con baja autoestima. Pronosticar fracasos, tanto para ti como para los demás, denota poca confianza en tus habilidades y en tu capacidad de llegar a triunfar en los proyectos que emprendas.
- Proyectar tus sentimientos de culpa.
Es frecuente que tiendas a descargar tu frustración en los demás, haciéndoles culpables de tus propios errores, con el fin de no tener que revisar tus actos para hacerte consciente de dónde está el fallo, lo que te desliga del sentimiento de culpa.
- Entrar en competición.
Aunque puede parecer paradójico, si tu autoestima es baja, tratarás de compensar tu sentimiento de malestar convirtiendo alguna de las áreas de tu vida en una competición, pues esto te proporcionará la posibilidad de sentirte superior y ganador en algo.
- Ocultar los sentimientos.
Es otra de las características de la baja autoestima, ocultando tus sentimientos a tu entorno evitas el rechazo que, siempre de manera subjetiva, crees que generarán en los demás.
¿Cómo aumentar la autoestima?
Aumentar tu autoestima es un trabajo estimulante y sencillo, que solo requiere de práctica. Para ello, hay una serie de claves que te ayudarán a la hora de trabajar y aumentarla. Aquí te dejamos 8 que consideramos fundamentales a la hora de conseguirlo.
- Piensa en positivo.
Cambiar tus pensamientos es fundamental. Elimina esos “no puedo” por “sí puedo”, los “voy a intentarlo” por “voy a conseguirlo”. Cuando tus pensamientos son positivos, sales de la dinámica de la negatividad, lo que te ayuda a valorar todo aquello bueno que posees, aumentando tu productividad y, en consecuencia, tu autoestima.
- Trátate con cariño y respeto.
Tú eres lo mejor de tu vida, un regalo. Demuéstratelo cuidándote y haciéndote responsable de tu bienestar. Cuidando de tu cuerpo, mente y emociones te sentirás más pleno y feliz, lo que te ayudará a desarrollar tus habilidades y a potenciarlas, al mismo tiempo que contagiaras a tu entorno con tu optimismo.
- Ponte metas realistas.
Cuando te impones metas realistas, relativamente fáciles de llegar y que puedes cumplir, te ayudas a reforzar tu autoestima, impulsándote a aumentar progresivamente la dificultad de tu siguiente meta, paso a paso. También es importante que elimines la culpabilidad en caso de fracasar, pues haces de ese error un aprendizaje de aquello que no debes repetir la próxima vez, lo que nos lleva al siguiente punto.
- Evita machacarte.
Trata de ser realista, tanto con tus virtudes como con tus defectos. El objetivo es ser feliz, entendiendo que no eres perfecto y que no necesitas serlo para lograr tus objetivos. Lo verdaderamente importante es ser consciente de aquellos valores que tienes y potenciarlos.
- Destierra las comparaciones.
Recuerda que eres único y especial, que cada persona es un mundo y que tú eres dueño del tuyo. Debes centrarte en ti, en tu vida, evitando envidiar e idealizar la vida del otro, pues eso solo te llevaría a sentirte desgraciado y a entrar en comparativas. Tienes grandes cosas que aportar, fíjate en tus valores y disfruta de ellos.
- Transforma tu conversación mental en un diálogo positivo.
Busca en todo momento que todo aquello que te digas a ti mismo, te genere bienestar y sirva para ayudarte a mejorar, no para culpabilizarte o estancarte. De la misma manera, aprender a encajar las críticas que puedan hacerte como algo constructivo, de forma que no te afecten, te ayudará a crecer en autoestima.
- Supera tus lastres.
No arrastres mochilas llenas del peso del pasado. Olvida esa parte que no te ayuda ni aporta nada. Destierra de tu mente aquellas relaciones que no te satisficieron, esos trabajos que no te gustaron, aquellos hábitos que no eran saludables o no te dieron el resultado esperado. Para superar esos lastres necesitas tomar el control de la situación, comienza dejando ir aquello que no te funciona y no quieres en tu vida.
- Finaliza el día visualizando todo lo bueno.
Antes de dormir, recuerda todas las cosas buenas que te ha traído el día, incluso aquello que no ha sido de tu agrado, pues de esta manera aprendes a conocerte y sabrás qué pensamientos, emociones y comportamientos reforzar y cuáles no repetir.
Incluso puedes llevar este ejercicio más allá y practicar el agradecimiento por esos pequeños detalles que han alegrado tu día, irte a la cama con esa sensación de bienestar programa tu mente a apreciar primero lo positivo de tu vida y por ende aumenta tu percepción personal de todo lo que te sucede y lo que esto te hace sentir, elevando tu autoestima.
También puedes agregar esas acciones y hábitos que te sumen, que te hagan sentir bien, que te permitan disfrutar tu vida y sentirte pleno y realizado.
Asimismo, siempre puedes buscar apoyo de personas, cursos o profesionales que te guíen a sentirte feliz contigo mismo, como hacemos en Develand, donde puedes encontrar diferentes cursos y talleres para desarrollarte personal y profesionalmente. Te invitamos a conocer las formaciones que ofrecemos en Develand, allí encontarás el impulso que buscas para crecer y evolucionar como persona y profesional.